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Con motivo del Día Internacional de la Mujer, en Clínica San Miguel nos cuentan la importancia de las revisiones ginecológicas

Cuántas veces hemos oído decir que la salud está por encima de todo y, pese a ello, hemos descuidado este aspecto, bien sea por falta de tiempo, por miedo o por pudor.

Desde nuestra Clínica San Miguel quieren aprovechar el Día Internacional de la Mujer para hacer hincapié en la importancia de las revisiones ginecológicas para gozar de un buen estado de salud. Es por ello que os animamos a que os las realicéis de manera periódica, estas revisiones.

Con este propósito, el Dr. David Pintado Vera, Adjunto al Servicio de Ginecología y Obstetricia de Clínica San Miguel, nos explica en qué consiste una revisión ginecológica de rutina y en qué radica su importancia.

¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE?

Como en otros tipos de revisiones médicas, incluye una serie de pruebas orientadas a la detección de enfermedades. En este caso buscamos aquellas localizadas tanto en los órganos genitales como en las mamas. Es de especial interés el diagnóstico de lesiones precancerosas, ya que la detección precoz facilita tanto el tratamiento como su curación. Esto ha permitido disminuir de manera drástica la mortalidad asociada a diferentes patologías oncológicas como, por ejemplo, cáncer de cuello de útero (cérvix), cáncer de mama y cáncer de endometrio.

¿CUÁNDO DEBO INICIAR LAS REVISIONES?

No existe una edad determinada. En ausencia de alteraciones, el momento más adecuado para iniciar los controles ginecológicos es tras el inicio de las relaciones sexuales y se deberían hacer anualmente. Eso no quita que cada vez sean más las adolescentes que acuden a nuestras consultas para resolver dudas con respecto al desarrollo puberal, los ciclos menstruales, así como en lo relativo a la higiene íntima y la orientación de cara al uso de métodos anticonceptivos.

¿EN QUÉ VA A CONSISTIR LA VISITA MÉDICA?

Durante la primera parte de la consulta, su Ginecólogo le formulará una serie de preguntas para recabar información acerca de sus antecedentes médico-quirúrgicos y así conformar la historia clínica, prestando especial atención a todo lo relacionado con la salud reproductiva y sexual. Es por ello que se le preguntará entre otras cosas: edad a la que tuvo la primera regla (menarquia), frecuencia y regularidad de los ciclos menstruales, cantidad de sangrado y su duración, la fecha de la última regla, si éstas son o no dolorosas, número de gestaciones y vía de parto en cada una de ellas, si hubo complicaciones a lo largo del embarazo, uso o no de métodos anticonceptivos… Una vez hayamos recopilado todos estos datos, nos centraremos en el motivo de la consulta.

A continuación, durante la segunda parte de la visita, se llevará a cabo la exploración básica. Si es la primera vez que acude al ginecólogo, éste le explicará paso por paso todo lo que va a ir haciendo para incomodarla lo menos posible. Una exploración normal comprende los siguientes procedimientos:

– Inspección de los genitales externos: con ello buscamos lesiones o signos que nos hagan sospechar enfermedad.

– Especuloscopia: con la ayuda de un instrumento llamado espéculo, con forma de pico de pato, se visualiza el interior de la vagina y la porción más externa del cuello del útero (de donde se toma la citología).

– Citología cervical (Papanicolau): mediante un pequeño raspado con una espátula y un cepillo, realizamos la toma de 2 muestras en el cérvix uterino que serán remitidas al patólogo para que evalúe si hay o no presencia de células anormales que pongan de relieve la existencia de alguna infección o lesión precancerosa que deba ser estudiada en mayor profundidad. En algunos casos esta prueba se complementa con una tercera toma para la detección del Virus del Papiloma Humano. Para que la muestra sea satisfactoria, es fundamental acudir sin la regla para que no interfiera con la interpretación de la misma. Tampoco es recomendable mantener relaciones las 24-48h antes.

– Tacto vaginal: busca delimitar los genitales internos, así como su consistencia, forma, situación, movilidad y sensibilidad. No siempre se realiza puesto que muchos de estos datos pueden ser obtenidos mediante la ecografía transvaginal.

– Ecografía: prueba de imagen que hace uso de los ultrasonidos para ver los genitales internos (útero y ovarios) en tiempo real. No emite radiaciones ionizantes por lo que no es una prueba nociva para la paciente. Por lo general se usa la vía vaginal (transvaginal) ya que obtiene imágenes de mayor calidad, resultando en una valoración más precisa.

– Exploración mamaria: inspección y palpación de ambos senos en busca de nódulos o lesiones sospechosas.

Pruebas como la mamografía, ecografía de mama o la densitometría ósea quedan condicionadas a varios factores: edad de la paciente, presencia de factores de riesgo o bien hallazgos de la propia exploración.

Existen otras muchas pruebas ‘complementarias’ que se piden sólo en casos determinados.

Una vez concluida la exploración física, el especialista le comentará los hallazgos durante la misma y si es oportuno realizar esas pruebas ‘complementarias’ de cara a afinar el diagnóstico.

En resumen, el mensaje que queremos transmitir desde Clínica San Miguel es que es importante no dejar de lado los controles ginecológicos periódicos ya que son un seguro para la salud y bienestar de nuestras pacientes.Cuántas veces hemos oído decir que la salud está por encima de todo y, pese a ello, hemos descuidado este aspecto, bien sea por falta de tiempo, por miedo o por pudor.

Desde nuestra Clínica San Miguel quieren aprovechar el Día Internacional de la Mujer para hacer hincapié en la importancia de las revisiones ginecológicas para gozar de un buen estado de salud. Es por ello que os animamos a que os las realicéis de manera periódica, estas revisiones.

Con este propósito, el Dr. David Pintado Vera, Adjunto al Servicio de Ginecología y Obstetricia de Clínica San Miguel, nos explica en qué consiste una revisión ginecológica de rutina y en qué radica su importancia.

¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE?

Como en otros tipos de revisiones médicas, incluye una serie de pruebas orientadas a la detección de enfermedades. En este caso buscamos aquellas localizadas tanto en los órganos genitales como en las mamas. Es de especial interés el diagnóstico de lesiones precancerosas, ya que la detección precoz facilita tanto el tratamiento como su curación. Esto ha permitido disminuir de manera drástica la mortalidad asociada a diferentes patologías oncológicas como, por ejemplo, cáncer de cuello de útero (cérvix), cáncer de mama y cáncer de endometrio.

¿CUÁNDO DEBO INICIAR LAS REVISIONES?

No existe una edad determinada. En ausencia de alteraciones, el momento más adecuado para iniciar los controles ginecológicos es tras el inicio de las relaciones sexuales y se deberían hacer anualmente. Eso no quita que cada vez sean más las adolescentes que acuden a nuestras consultas para resolver dudas con respecto al desarrollo puberal, los ciclos menstruales, así como en lo relativo a la higiene íntima y la orientación de cara al uso de métodos anticonceptivos.

¿EN QUÉ VA A CONSISTIR LA VISITA MÉDICA?

Durante la primera parte de la consulta, su Ginecólogo le formulará una serie de preguntas para recabar información acerca de sus antecedentes médico-quirúrgicos y así conformar la historia clínica, prestando especial atención a todo lo relacionado con la salud reproductiva y sexual. Es por ello que se le preguntará entre otras cosas: edad a la que tuvo la primera regla (menarquia), frecuencia y regularidad de los ciclos menstruales, cantidad de sangrado y su duración, la fecha de la última regla, si éstas son o no dolorosas, número de gestaciones y vía de parto en cada una de ellas, si hubo complicaciones a lo largo del embarazo, uso o no de métodos anticonceptivos… Una vez hayamos recopilado todos estos datos, nos centraremos en el motivo de la consulta.

A continuación, durante la segunda parte de la visita, se llevará a cabo la exploración básica. Si es la primera vez que acude al ginecólogo, éste le explicará paso por paso todo lo que va a ir haciendo para incomodarla lo menos posible. Una exploración normal comprende los siguientes procedimientos:

– Inspección de los genitales externos: con ello buscamos lesiones o signos que nos hagan sospechar enfermedad.

– Especuloscopia: con la ayuda de un instrumento llamado espéculo, con forma de pico de pato, se visualiza el interior de la vagina y la porción más externa del cuello del útero (de donde se toma la citología).

– Citología cervical (Papanicolau): mediante un pequeño raspado con una espátula y un cepillo, realizamos la toma de 2 muestras en el cérvix uterino que serán remitidas al patólogo para que evalúe si hay o no presencia de células anormales que pongan de relieve la existencia de alguna infección o lesión precancerosa que deba ser estudiada en mayor profundidad. En algunos casos esta prueba se complementa con una tercera toma para la detección del Virus del Papiloma Humano. Para que la muestra sea satisfactoria, es fundamental acudir sin la regla para que no interfiera con la interpretación de la misma. Tampoco es recomendable mantener relaciones las 24-48h antes.

– Tacto vaginal: busca delimitar los genitales internos, así como su consistencia, forma, situación, movilidad y sensibilidad. No siempre se realiza puesto que muchos de estos datos pueden ser obtenidos mediante la ecografía transvaginal.

– Ecografía: prueba de imagen que hace uso de los ultrasonidos para ver los genitales internos (útero y ovarios) en tiempo real. No emite radiaciones ionizantes por lo que no es una prueba nociva para la paciente. Por lo general se usa la vía vaginal (transvaginal) ya que obtiene imágenes de mayor calidad, resultando en una valoración más precisa.

– Exploración mamaria: inspección y palpación de ambos senos en busca de nódulos o lesiones sospechosas.

Pruebas como la mamografía, ecografía de mama o la densitometría ósea quedan condicionadas a varios factores: edad de la paciente, presencia de factores de riesgo o bien hallazgos de la propia exploración.

Existen otras muchas pruebas ‘complementarias’ que se piden sólo en casos determinados.

Una vez concluida la exploración física, el especialista le comentará los hallazgos durante la misma y si es oportuno realizar esas pruebas ‘complementarias’ de cara a afinar el diagnóstico.

En resumen, el mensaje que queremos transmitir desde Clínica San Miguel es que es importante no dejar de lado los controles ginecológicos periódicos ya que son un seguro para la salud y bienestar de nuestras pacientes.Cuántas veces hemos oído decir que la salud está por encima de todo y, pese a ello, hemos descuidado este aspecto, bien sea por falta de tiempo, por miedo o por pudor.

Desde nuestra Clínica San Miguel quieren aprovechar el Día Internacional de la Mujer para hacer hincapié en la importancia de las revisiones ginecológicas para gozar de un buen estado de salud. Es por ello que os animamos a que os las realicéis de manera periódica, estas revisiones.

Con este propósito, el Dr. David Pintado Vera, Adjunto al Servicio de Ginecología y Obstetricia de Clínica San Miguel, nos explica en qué consiste una revisión ginecológica de rutina y en qué radica su importancia.

¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE?

Como en otros tipos de revisiones médicas, incluye una serie de pruebas orientadas a la detección de enfermedades. En este caso buscamos aquellas localizadas tanto en los órganos genitales como en las mamas. Es de especial interés el diagnóstico de lesiones precancerosas, ya que la detección precoz facilita tanto el tratamiento como su curación. Esto ha permitido disminuir de manera drástica la mortalidad asociada a diferentes patologías oncológicas como, por ejemplo, cáncer de cuello de útero (cérvix), cáncer de mama y cáncer de endometrio.

¿CUÁNDO DEBO INICIAR LAS REVISIONES?

No existe una edad determinada. En ausencia de alteraciones, el momento más adecuado para iniciar los controles ginecológicos es tras el inicio de las relaciones sexuales y se deberían hacer anualmente. Eso no quita que cada vez sean más las adolescentes que acuden a nuestras consultas para resolver dudas con respecto al desarrollo puberal, los ciclos menstruales, así como en lo relativo a la higiene íntima y la orientación de cara al uso de métodos anticonceptivos.

¿EN QUÉ VA A CONSISTIR LA VISITA MÉDICA?

Durante la primera parte de la consulta, su Ginecólogo le formulará una serie de preguntas para recabar información acerca de sus antecedentes médico-quirúrgicos y así conformar la historia clínica, prestando especial atención a todo lo relacionado con la salud reproductiva y sexual. Es por ello que se le preguntará entre otras cosas: edad a la que tuvo la primera regla (menarquia), frecuencia y regularidad de los ciclos menstruales, cantidad de sangrado y su duración, la fecha de la última regla, si éstas son o no dolorosas, número de gestaciones y vía de parto en cada una de ellas, si hubo complicaciones a lo largo del embarazo, uso o no de métodos anticonceptivos… Una vez hayamos recopilado todos estos datos, nos centraremos en el motivo de la consulta.

A continuación, durante la segunda parte de la visita, se llevará a cabo la exploración básica. Si es la primera vez que acude al ginecólogo, éste le explicará paso por paso todo lo que va a ir haciendo para incomodarla lo menos posible. Una exploración normal comprende los siguientes procedimientos:

– Inspección de los genitales externos: con ello buscamos lesiones o signos que nos hagan sospechar enfermedad.

– Especuloscopia: con la ayuda de un instrumento llamado espéculo, con forma de pico de pato, se visualiza el interior de la vagina y la porción más externa del cuello del útero (de donde se toma la citología).

– Citología cervical (Papanicolau): mediante un pequeño raspado con una espátula y un cepillo, realizamos la toma de 2 muestras en el cérvix uterino que serán remitidas al patólogo para que evalúe si hay o no presencia de células anormales que pongan de relieve la existencia de alguna infección o lesión precancerosa que deba ser estudiada en mayor profundidad. En algunos casos esta prueba se complementa con una tercera toma para la detección del Virus del Papiloma Humano. Para que la muestra sea satisfactoria, es fundamental acudir sin la regla para que no interfiera con la interpretación de la misma. Tampoco es recomendable mantener relaciones las 24-48h antes.

– Tacto vaginal: busca delimitar los genitales internos, así como su consistencia, forma, situación, movilidad y sensibilidad. No siempre se realiza puesto que muchos de estos datos pueden ser obtenidos mediante la ecografía transvaginal.

– Ecografía: prueba de imagen que hace uso de los ultrasonidos para ver los genitales internos (útero y ovarios) en tiempo real. No emite radiaciones ionizantes por lo que no es una prueba nociva para la paciente. Por lo general se usa la vía vaginal (transvaginal) ya que obtiene imágenes de mayor calidad, resultando en una valoración más precisa.

– Exploración mamaria: inspección y palpación de ambos senos en busca de nódulos o lesiones sospechosas.

Pruebas como la mamografía, ecografía de mama o la densitometría ósea quedan condicionadas a varios factores: edad de la paciente, presencia de factores de riesgo o bien hallazgos de la propia exploración.

Existen otras muchas pruebas ‘complementarias’ que se piden sólo en casos determinados.

Una vez concluida la exploración física, el especialista le comentará los hallazgos durante la misma y si es oportuno realizar esas pruebas ‘complementarias’ de cara a afinar el diagnóstico.

En resumen, el mensaje que queremos transmitir desde Clínica San Miguel es que es importante no dejar de lado los controles ginecológicos periódicos ya que son un seguro para la salud y bienestar de nuestras pacientes.El Dr. David Pintado Vera, adjunto al Servicio de Ginecología y Obstetricia de Clínica San Miguel, afirma: «cuántas veces hemos oído decir que la salud está por encima de todo y, pese a ello, hemos descuidado este aspecto, bien sea por falta de tiempo, por miedo o por pudor».

Desde nuestra Clínica San Miguel quieren aprovechar el Día Internacional de la Mujer para hacer hincapié en la importancia de las revisiones ginecológicas para gozar de un buen estado de salud. Es por ello que os animamos a que os las realicéis de manera periódica, estas revisiones.

Con este propósito, el Dr. Pintado nos explica en qué consiste una revisión ginecológica de rutina y en qué radica su importancia.

¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE?

Como en otros tipos de revisiones médicas, incluye una serie de pruebas orientadas a la detección de enfermedades. En este caso buscamos aquellas localizadas tanto en los órganos genitales como en las mamas. Es de especial interés el diagnóstico de lesiones precancerosas, ya que la detección precoz facilita tanto el tratamiento como su curación. Esto ha permitido disminuir de manera drástica la mortalidad asociada a diferentes patologías oncológicas como, por ejemplo, cáncer de cuello de útero (cérvix), cáncer de mama y cáncer de endometrio.

¿CUÁNDO DEBO INICIAR LAS REVISIONES?

No existe una edad determinada. En ausencia de alteraciones, el momento más adecuado para iniciar los controles ginecológicos es tras el inicio de las relaciones sexuales y se deberían hacer anualmente. Eso no quita que cada vez sean más las adolescentes que acuden a nuestras consultas para resolver dudas con respecto al desarrollo puberal, los ciclos menstruales, así como en lo relativo a la higiene íntima y la orientación de cara al uso de métodos anticonceptivos.

¿EN QUÉ VA A CONSISTIR LA VISITA MÉDICA?

Durante la primera parte de la consulta, su Ginecólogo le formulará una serie de preguntas para recabar información acerca de sus antecedentes médico-quirúrgicos y así conformar la historia clínica, prestando especial atención a todo lo relacionado con la salud reproductiva y sexual. Es por ello que se le preguntará entre otras cosas: edad a la que tuvo la primera regla (menarquia), frecuencia y regularidad de los ciclos menstruales, cantidad de sangrado y su duración,  la fecha de la última regla, si éstas son o no dolorosas, número de gestaciones y vía de parto en cada una de ellas, si hubo complicaciones a lo largo del embarazo, uso o no de métodos anticonceptivos… Una vez hayamos recopilado todos estos datos, nos centraremos en el motivo de la consulta.

A continuación, durante la segunda parte de la visita, se llevará a cabo la exploración básica. Si es la primera vez que acude al ginecólogo, éste le explicará paso por paso todo lo que va a ir haciendo para incomodarla lo menos posible. Una exploración normal comprende los siguientes procedimientos:

– Inspección de los genitales externos: con ello buscamos lesiones o signos que nos hagan sospechar enfermedad.

– Especuloscopia: con la ayuda de un instrumento llamado espéculo, con forma de pico de pato, se visualiza el interior de la vagina y la porción más externa del cuello del útero (de donde se toma la citología).

– Citología cervical (Papanicolau): mediante un pequeño raspado con una espátula y un cepillo, realizamos la toma de 2 muestras en el cérvix uterino que serán remitidas al patólogo para que evalúe si hay o no presencia de células anormales que pongan de relieve la existencia de alguna infección o lesión precancerosa que deba ser estudiada en mayor profundidad. En algunos casos esta prueba se complementa con una tercera toma para la detección del Virus del Papiloma Humano. Para que la muestra sea satisfactoria, es fundamental acudir sin la regla para que no interfiera con la interpretación de la misma. Tampoco es recomendable mantener relaciones las 24-48h antes.

– Tacto vaginal: busca delimitar los genitales internos, así como su consistencia, forma, situación, movilidad y sensibilidad. No siempre se realiza puesto que muchos de estos datos pueden ser obtenidos mediante la ecografía transvaginal.

– Ecografía: prueba de imagen que hace uso de los ultrasonidos para ver los genitales internos (útero y ovarios) en tiempo real. No emite radiaciones ionizantes por lo que no es una prueba nociva para la paciente. Por lo general se usa la vía vaginal (transvaginal) ya que obtiene imágenes de mayor calidad, resultando en una valoración más precisa.

– Exploración mamaria: inspección y palpación de ambos senos en busca de nódulos o lesiones sospechosas.

Pruebas como la mamografíaecografía de mama o la densitometría ósea quedan condicionadas a varios factores: edad de la paciente, presencia de factores de riesgo o bien hallazgos de la propia exploración.

Existen otras muchas pruebas ‘complementarias’ que se piden sólo en casos determinados.

Una vez concluida la exploración física, el especialista le comentará los hallazgos durante la misma y si es oportuno realizar esas pruebas ‘complementarias’ de cara a afinar el diagnóstico.

En resumen, el mensaje que queremos transmitir desde Clínica San Miguel es que es importante no dejar de lado los controles ginecológicos periódicos ya que son un seguro para la salud y bienestar de nuestras pacientes.Cuántas veces hemos oído decir que la salud está por encima de todo y, pese a ello, hemos descuidado este aspecto, bien sea por falta de tiempo, por miedo o por pudor.

Desde nuestra Clínica San Miguel quieren aprovechar el Día Internacional de la Mujer para hacer hincapié en la importancia de las revisiones ginecológicas para gozar de un buen estado de salud. Es por ello que os animamos a que os las realicéis de manera periódica, estas revisiones.

Con este propósito, el Dr. David Pintado Vera, Adjunto al Servicio de Ginecología y Obstetricia de Clínica San Miguel, nos explica en qué consiste una revisión ginecológica de rutina y en qué radica su importancia.

¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE?

Como en otros tipos de revisiones médicas, incluye una serie de pruebas orientadas a la detección de enfermedades. En este caso buscamos aquellas localizadas tanto en los órganos genitales como en las mamas. Es de especial interés el diagnóstico de lesiones precancerosas, ya que la detección precoz facilita tanto el tratamiento como su curación. Esto ha permitido disminuir de manera drástica la mortalidad asociada a diferentes patologías oncológicas como, por ejemplo, cáncer de cuello de útero (cérvix), cáncer de mama y cáncer de endometrio.

¿CUÁNDO DEBO INICIAR LAS REVISIONES?

No existe una edad determinada. En ausencia de alteraciones, el momento más adecuado para iniciar los controles ginecológicos es tras el inicio de las relaciones sexuales y se deberían hacer anualmente. Eso no quita que cada vez sean más las adolescentes que acuden a nuestras consultas para resolver dudas con respecto al desarrollo puberal, los ciclos menstruales, así como en lo relativo a la higiene íntima y la orientación de cara al uso de métodos anticonceptivos.

¿EN QUÉ VA A CONSISTIR LA VISITA MÉDICA?

Durante la primera parte de la consulta, su Ginecólogo le formulará una serie de preguntas para recabar información acerca de sus antecedentes médico-quirúrgicos y así conformar la historia clínica, prestando especial atención a todo lo relacionado con la salud reproductiva y sexual. Es por ello que se le preguntará entre otras cosas: edad a la que tuvo la primera regla (menarquia), frecuencia y regularidad de los ciclos menstruales, cantidad de sangrado y su duración, la fecha de la última regla, si éstas son o no dolorosas, número de gestaciones y vía de parto en cada una de ellas, si hubo complicaciones a lo largo del embarazo, uso o no de métodos anticonceptivos… Una vez hayamos recopilado todos estos datos, nos centraremos en el motivo de la consulta.

A continuación, durante la segunda parte de la visita, se llevará a cabo la exploración básica. Si es la primera vez que acude al ginecólogo, éste le explicará paso por paso todo lo que va a ir haciendo para incomodarla lo menos posible. Una exploración normal comprende los siguientes procedimientos:

– Inspección de los genitales externos: con ello buscamos lesiones o signos que nos hagan sospechar enfermedad.

– Especuloscopia: con la ayuda de un instrumento llamado espéculo, con forma de pico de pato, se visualiza el interior de la vagina y la porción más externa del cuello del útero (de donde se toma la citología).

– Citología cervical (Papanicolau): mediante un pequeño raspado con una espátula y un cepillo, realizamos la toma de 2 muestras en el cérvix uterino que serán remitidas al patólogo para que evalúe si hay o no presencia de células anormales que pongan de relieve la existencia de alguna infección o lesión precancerosa que deba ser estudiada en mayor profundidad. En algunos casos esta prueba se complementa con una tercera toma para la detección del Virus del Papiloma Humano. Para que la muestra sea satisfactoria, es fundamental acudir sin la regla para que no interfiera con la interpretación de la misma. Tampoco es recomendable mantener relaciones las 24-48h antes.

– Tacto vaginal: busca delimitar los genitales internos, así como su consistencia, forma, situación, movilidad y sensibilidad. No siempre se realiza puesto que muchos de estos datos pueden ser obtenidos mediante la ecografía transvaginal.

– Ecografía: prueba de imagen que hace uso de los ultrasonidos para ver los genitales internos (útero y ovarios) en tiempo real. No emite radiaciones ionizantes por lo que no es una prueba nociva para la paciente. Por lo general se usa la vía vaginal (transvaginal) ya que obtiene imágenes de mayor calidad, resultando en una valoración más precisa.

– Exploración mamaria: inspección y palpación de ambos senos en busca de nódulos o lesiones sospechosas.

Pruebas como la mamografía, ecografía de mama o la densitometría ósea quedan condicionadas a varios factores: edad de la paciente, presencia de factores de riesgo o bien hallazgos de la propia exploración.

Existen otras muchas pruebas ‘complementarias’ que se piden sólo en casos determinados.

Una vez concluida la exploración física, el especialista le comentará los hallazgos durante la misma y si es oportuno realizar esas pruebas ‘complementarias’ de cara a afinar el diagnóstico.

En resumen, el mensaje que queremos transmitir desde Clínica San Miguel es que es importante no dejar de lado los controles ginecológicos periódicos ya que son un seguro para la salud y bienestar de nuestras pacientes.


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