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Doña Josefina Alonso Rueda (106 años y 6 meses), la paciente más veterana de IMQ

Doña Josefina Alonso Rueda, de 106 años y 6 meses, como bien matiza, cuando le preguntamos por su edad, es paciente de IMQ Navarra desde sus orígenes. No repara en coqueterías con sus años, y destaca los 6 meses más, con ojos de orgullo y una sonrisa en la cara.

La burgalesa, afincada en Navarra desde muy joven, es la paciente más veterana de IMQ Navarra. Ha vivido dos guerras, más de 100 años tras de sí, y pese a ello, el médico continúa diciéndole que es una “mujer muy fuerte” y que cuenta con una “salud de roble” -nos explica, riéndose, desde su habitación en Clínica San Miguel-.

Josefina, que cuando hablamos con ella, se encuentra acompañada por su hija, Maria Josefa Mazo Alonso (Pepita, como todos la llaman, de 82 años), podría contarnos innumerables historias, de la vida y de IMQ, por supuesto.

De hecho, cuando preguntamos a Josefina Alonso cómo recuerda la Clínica en sus principios, nos explica que Clínica San Miguel no ha estado siempre donde se encuentra ahora, la mujer nos recuerda -nos enseña- que hace años estaba en el barrio de San Juan, a donde acudía con su marido y sus hijas.

“Pero en estos años se ha avanzado mucho”, afirma Josefina Alonso, refiriéndose a los aparatos y servicios médicos, cuando le preguntamos por los cambios en IMQ durante todos estos años.

Toda su familia se ha realizado las revisiones con IMQ y en la Clínica San Miguel. Hoy, vive en su casa, con su hija Pepita y acuden a la clínica sólo en ocasiones, cuando su madre debe ser ingresada por alguna complicación de salud (lo común a su edad, sin duda) o deben realizarse alguna revisión.

Una atención de la que destacan la rapidez, pues sólo tienen que llamar al “teléfono de urgencias, y la ambulancia acude a nuestra casa a recogerla”, nos explica Pepita Mazo.

Ha cumplido los 100 años y los 106 en Clínica San Miguel, donde recuerda que esos dos días le llevaron globos y una comida especial para celebrarlo.

Josefina Alonso, una mujer centenaria, de cuya conversación y de la de su hija, disfrutamos antes de su momento de la comida en la clínica. “Después, cuando nos marchamos, echa de menos a las enfermeras y a los médicos. Al final, les coge cariño, está muy contenta”.

Hablamos tranquilamente con ambas mujeres, Josefina Alonso y Pepita Mazo.

Dos señoras muy conectadas a la realidad y al mundo que les rodea, y conectadas en todos los sentidos, y es que cuando Josefina nos pregunta dónde va a salir esta entrevista, su hija Pepita le explica que en Internet, en la página web de IMQ, saca  su tablet , y nos comenta, que diariamente lee la prensa on-line y habla con sus sobrinos, nos cuenta que el día anterior ya había estado mirando la web, “aparecen todos los médicos”, nos dice.

Al salir de la habitación en la que actualmente está ingresada Josefina, no podemos dejar de sentir admiración. Muy lejos de los estereotipos que pueden existir de personas de su edad, ambas mantienen con nosotros una  conversación de lo más interesante, de la que nos llevamos sin duda una lección de vida.

Hoy, la noticia de actualidad son ellas, dos mujeres que durante toda su vida han formado y forman parte de la gran familia que es IMQ Navarra. Por ello, ¡muchas gracias!Doña Josefina Alonso Rueda, de 106 años y 6 meses, como bien matiza, cuando le preguntamos por su edad, es paciente de IMQ Navarra desde sus orígenes. No repara en coqueterías con sus años, y destaca los 6 meses más, con ojos de orgullo y una sonrisa en la cara.

La burgalesa, afincada en Navarra desde muy joven, es la paciente más veterana de IMQ Navarra. Ha vivido dos guerras, más de 100 años tras de sí, y pese a ello, el médico continúa diciéndole que es una “mujer muy fuerte” y que cuenta con una “salud de roble” -nos explica, riéndose, desde su habitación en Clínica San Miguel-.

Josefina, que cuando hablamos con ella, se encuentra acompañada por su hija, Maria Josefa Mazo Alonso (Pepita, como todos la llaman, de 82 años), podría contarnos innumerables historias, de la vida y de IMQ, por supuesto.

De hecho, cuando preguntamos a Josefina Alonso cómo recuerda la Clínica en sus principios, nos explica que Clínica San Miguel no ha estado siempre donde se encuentra ahora, la mujer nos recuerda -nos enseña- que hace años estaba en el barrio de San Juan, a donde acudía con su marido y sus hijas.

“Pero en estos años se ha avanzado mucho”, afirma Josefina Alonso, refiriéndose a los aparatos y servicios médicos, cuando le preguntamos por los cambios en IMQ durante todos estos años.

Toda su familia se ha realizado las revisiones con IMQ y en la Clínica San Miguel. Hoy, vive en su casa, con su hija Pepita y acuden a la clínica sólo en ocasiones, cuando su madre debe ser ingresada por alguna complicación de salud (lo común a su edad, sin duda) o deben realizarse alguna revisión.

Una atención de la que destacan la rapidez, pues sólo tienen que llamar al “teléfono de urgencias, y la ambulancia acude a nuestra casa a recogerla”, nos explica Pepita Mazo.

Ha cumplido los 100 años y los 106 en Clínica San Miguel, donde recuerda que esos dos días le llevaron globos y una comida especial para celebrarlo.

Josefina Alonso, una mujer centenaria, de cuya conversación y de la de su hija, disfrutamos antes de su momento de la comida en la clínica. “Después, cuando nos marchamos, echa de menos a las enfermeras y a los médicos. Al final, les coge cariño, está muy contenta”.

Hablamos tranquilamente con ambas mujeres, Josefina Alonso y Pepita Mazo.

Dos señoras muy conectadas a la realidad y al mundo que les rodea, y conectadas en todos los sentidos, y es que cuando Josefina nos pregunta dónde va a salir esta entrevista, su hija Pepita le explica que en Internet, en la página web de IMQ, saca  su tablet , y nos comenta, que diariamente lee la prensa on-line y habla con sus sobrinos, nos cuenta que el día anterior ya había estado mirando la web, “aparecen todos los médicos”, nos dice.

Al salir de la habitación en la que actualmente está ingresada Josefina, no podemos dejar de sentir admiración. Muy lejos de los estereotipos que pueden existir de personas de su edad, ambas mantienen con nosotros una  conversación de lo más interesante, de la que nos llevamos sin duda una lección de vida.

Hoy, la noticia de actualidad son ellas, dos mujeres que durante toda su vida han formado y forman parte de la gran familia que es IMQ Navarra. Por ello, ¡muchas gracias!Doña Josefina Alonso Rueda, de 106 años y 6 meses, como bien matiza, cuando le preguntamos por su edad, es paciente de IMQ Navarra desde sus orígenes. No repara en coqueterías con sus años, y destaca los 6 meses más, con ojos de orgullo y una sonrisa en la cara.

La burgalesa, afincada en Navarra desde muy joven, es la paciente más veterana de IMQ Navarra. Ha vivido dos guerras, más de 100 años tras de sí, y pese a ello, el médico continúa diciéndole que es una “mujer muy fuerte” y que cuenta con una “salud de roble” -nos explica, riéndose, desde su habitación en Clínica San Miguel-.

Josefina, que cuando hablamos con ella, se encuentra acompañada por su hija, Maria Josefa Mazo Alonso (Pepita, como todos la llaman, de 82 años), podría contarnos innumerables historias, de la vida y de IMQ, por supuesto.

De hecho, cuando preguntamos a Josefina Alonso cómo recuerda la Clínica en sus principios, nos explica que Clínica San Miguel no ha estado siempre donde se encuentra ahora, la mujer nos recuerda -nos enseña- que hace años estaba en el barrio de San Juan, a donde acudía con su marido y sus hijas.

“Pero en estos años se ha avanzado mucho”, afirma Josefina Alonso, refiriéndose a los aparatos y servicios médicos, cuando le preguntamos por los cambios en IMQ durante todos estos años.

Toda su familia se ha realizado las revisiones con IMQ y en la Clínica San Miguel. Hoy, vive en su casa, con su hija Pepita y acuden a la clínica sólo en ocasiones, cuando su madre debe ser ingresada por alguna complicación de salud (lo común a su edad, sin duda) o deben realizarse alguna revisión.

Una atención de la que destacan la rapidez, pues sólo tienen que llamar al “teléfono de urgencias, y la ambulancia acude a nuestra casa a recogerla”, nos explica Pepita Mazo.

Ha cumplido los 100 años y los 106 en Clínica San Miguel, donde recuerda que esos dos días le llevaron globos y una comida especial para celebrarlo.

Josefina Alonso, una mujer centenaria, de cuya conversación y de la de su hija, disfrutamos antes de su momento de la comida en la clínica. “Después, cuando nos marchamos, echa de menos a las enfermeras y a los médicos. Al final, les coge cariño, está muy contenta”.

Hablamos tranquilamente con ambas mujeres, Josefina Alonso y Pepita Mazo.

Dos señoras muy conectadas a la realidad y al mundo que les rodea, y conectadas en todos los sentidos, y es que cuando Josefina nos pregunta dónde va a salir esta entrevista, su hija Pepita le explica que en Internet, en la página web de IMQ, saca  su tablet , y nos comenta, que diariamente lee la prensa on-line y habla con sus sobrinos, nos cuenta que el día anterior ya había estado mirando la web, “aparecen todos los médicos”, nos dice.

Al salir de la habitación en la que actualmente está ingresada Josefina, no podemos dejar de sentir admiración. Muy lejos de los estereotipos que pueden existir de personas de su edad, ambas mantienen con nosotros una  conversación de lo más interesante, de la que nos llevamos sin duda una lección de vida.

Hoy, la noticia de actualidad son ellas, dos mujeres que durante toda su vida han formado y forman parte de la gran familia que es IMQ Navarra. Por ello, ¡muchas gracias!Doña Josefina Alonso Rueda, de 106 años y 6 meses, como bien matiza, cuando le preguntamos por su edad, es paciente de IMQ Navarra desde sus orígenes. No repara en coqueterías con sus años, y destaca los 6 meses más, con ojos de orgullo y una sonrisa en la cara.

La burgalesa, afincada en Navarra desde muy joven, es la paciente más veterana de IMQ Navarra. Ha vivido dos guerras, más de 100 años tras de sí, y pese a ello, el médico continúa diciéndole que es una “mujer muy fuerte” y que cuenta con una “salud de roble” -nos explica, riéndose, desde su habitación en Clínica San Miguel-.

Josefina, que cuando hablamos con ella, se encuentra acompañada por su hija, Maria Josefa Mazo Alonso (Pepita, como todos la llaman, de 82 años), podría contarnos innumerables historias, de la vida y de IMQ, por supuesto.

De hecho, cuando preguntamos a Josefina Alonso cómo recuerda la Clínica en sus principios, nos explica que Clínica San Miguel no ha estado siempre donde se encuentra ahora, la mujer nos recuerda -nos enseña- que hace años estaba en el barrio de San Juan, a donde acudía con su marido y sus hijas.

“Pero en estos años se ha avanzado mucho”, afirma Josefina Alonso, refiriéndose a los aparatos y servicios médicos, cuando le preguntamos por los cambios en IMQ durante todos estos años.

Toda su familia se ha realizado las revisiones con IMQ y en la Clínica San Miguel. Hoy, vive en su casa, con su hija Pepita y acuden a la clínica sólo en ocasiones, cuando su madre debe ser ingresada por alguna complicación de salud (lo común a su edad, sin duda) o deben realizarse alguna revisión.

Una atención de la que destacan la rapidez, pues sólo tienen que llamar al “teléfono de urgencias, y la ambulancia acude a nuestra casa a recogerla”, nos explica Pepita Mazo.

Ha cumplido los 100 años y los 106 en Clínica San Miguel, donde recuerda que esos dos días le llevaron globos y una comida especial para celebrarlo.

Josefina Alonso, una mujer centenaria, de cuya conversación y de la de su hija, disfrutamos antes de su momento de la comida en la clínica. “Después, cuando nos marchamos, echa de menos a las enfermeras y a los médicos. Al final, les coge cariño, está muy contenta”.

Hablamos tranquilamente con ambas mujeres, Josefina Alonso y Pepita Mazo.

Dos señoras muy conectadas a la realidad y al mundo que les rodea, y conectadas en todos los sentidos, y es que cuando Josefina nos pregunta dónde va a salir esta entrevista, su hija Pepita le explica que en Internet, en la página web de IMQ, saca  su tablet , y nos comenta, que diariamente lee la prensa on-line y habla con sus sobrinos, nos cuenta que el día anterior ya había estado mirando la web, “aparecen todos los médicos”, nos dice.

Al salir de la habitación en la que actualmente está ingresada Josefina, no podemos dejar de sentir admiración. Muy lejos de los estereotipos que pueden existir de personas de su edad, ambas mantienen con nosotros una  conversación de lo más interesante, de la que nos llevamos sin duda una lección de vida.

Hoy, la noticia de actualidad son ellas, dos mujeres que durante toda su vida han formado y forman parte de la gran familia que es IMQ Navarra. Por ello, ¡muchas gracias!Doña Josefina Alonso Rueda, de 106 años y 6 meses, como bien matiza, cuando le preguntamos por su edad, es paciente de IMQ Navarra desde sus orígenes. No repara en coqueterías con sus años, y destaca los 6 meses más, con ojos de orgullo y una sonrisa en la cara.

La burgalesa, afincada en Navarra desde muy joven, es la paciente más veterana de IMQ Navarra. Ha vivido dos guerras, más de 100 años tras de sí, y pese a ello, el médico continúa diciéndole que es una “mujer muy fuerte” y que cuenta con una “salud de roble” -nos explica, riéndose, desde su habitación en Clínica San Miguel-.

Josefina, que cuando hablamos con ella, se encuentra acompañada por su hija, Maria Josefa Mazo Alonso (Pepita, como todos la llaman, de 82 años), podría contarnos innumerables historias, de la vida y de IMQ, por supuesto.

De hecho, cuando preguntamos a Josefina Alonso cómo recuerda la Clínica en sus principios, nos explica que Clínica San Miguel no ha estado siempre donde se encuentra ahora, la mujer nos recuerda -nos enseña- que hace años estaba en el barrio de San Juan, a donde acudía con su marido y sus hijas.

“Pero en estos años se ha avanzado mucho”, afirma Josefina Alonso, refiriéndose a los aparatos y servicios médicos, cuando le preguntamos por los cambios en IMQ durante todos estos años.

Toda su familia se ha realizado las revisiones con IMQ y en la Clínica San Miguel. Hoy, vive en su casa, con su hija Pepita y acuden a la clínica sólo en ocasiones, cuando su madre debe ser ingresada por alguna complicación de salud (lo común a su edad, sin duda) o deben realizarse alguna revisión.

Una atención de la que destacan la rapidez, pues sólo tienen que llamar al “teléfono de urgencias, y la ambulancia acude a nuestra casa a recogerla”, nos explica Pepita Mazo.

Ha cumplido los 100 años y los 106 en Clínica San Miguel, donde recuerda que esos dos días le llevaron globos y una comida especial para celebrarlo.

Josefina Alonso, una mujer centenaria, de cuya conversación y de la de su hija, disfrutamos antes de su momento de la comida en la clínica. “Después, cuando nos marchamos, echa de menos a las enfermeras y a los médicos. Al final, les coge cariño, está muy contenta”.

Hablamos tranquilamente con ambas mujeres, Josefina Alonso y Pepita Mazo.

Dos señoras muy conectadas a la realidad y al mundo que les rodea, y conectadas en todos los sentidos, y es que cuando Josefina nos pregunta dónde va a salir esta entrevista, su hija Pepita le explica que en Internet, en la página web de IMQ, saca  su tablet , y nos comenta, que diariamente lee la prensa on-line y habla con sus sobrinos, nos cuenta que el día anterior ya había estado mirando la web, “aparecen todos los médicos”, nos dice.

Al salir de la habitación en la que actualmente está ingresada Josefina, no podemos dejar de sentir admiración. Muy lejos de los estereotipos que pueden existir de personas de su edad, ambas mantienen con nosotros una  conversación de lo más interesante, de la que nos llevamos sin duda una lección de vida.

Hoy, la noticia de actualidad son ellas, dos mujeres que durante toda su vida han formado y forman parte de la gran familia que es IMQ Navarra. Por ello, ¡muchas gracias!


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